Diario librero · «Afortunado que es uno»

Diario librero de Berni, 10 de julio de 2023

Hace una semana, sobre esta hora en la que escribo, me encontraba de camino a SER Málaga para intervenir desde allí en La ventana de los libros, en un programa ese lunes dedicado a clubes de lectura.

Cinco días antes habían llamado a Luces desde la Cadena SER preguntando por el Club de Lectura para Adultos Sin Hábito Lector que dirijo. «Te van a llamar del programa de Carles Francino para citarse contigo el lunes y hablar de tu club de lectura», me dijo José Antonio al devolverle su llamada perdida, y lo primero que pensé (y todavía hoy me pregunto) fue que, con todos los clubes de lectura que puede haber en España, cómo podían haber llegado a saber del mio siendo como es tan poco promocionado en redes (y sé de lo que hablo porque llevo buena parte de las redes de la librería). ¿Cómo era posible?

Afortunado que es uno. Y digo afortunado porque se trata de un club que no hace más que darme satisfacciones.

Cambios tras un inicio titubeante

Tras un primer año irregular (con las medidas de seguridad por COVID-19 de por medio y conmigo, de alguna forma, todavía «aterrizando» en la librería, para la segunda temporada (uno divide los años por temporadas) decidí simplificar algunos aspectos para hacerlo más viable y llevadero.

Por ejemplo, retrasé la hora de inicio de las siete a las seis y media para así , en caso de querer extendernos en la sesión, tener margen de sobra antes de las ocho y media, hora de cierre de la librería.

También dejé de dar a elegir entre varias opciones para que sus integrantes votaran la lectura de la siguiente sesión (me gustaba la idea de que tuvieran algo de control sobre los libros a leer; era algo que había puesto en práctica en el pasado en otro club de lectura, y había ido bien) para pasar a decidir yo lo que se leería y poder así organizar los pedidos de libros y las lecturas con más comodidad.

Por último, me preocupé (y me preocupo) de ir programando las lecturas y sesiones con, al menos, un par de meses de antelación, de forma que todos podamos organizar nuestras agendas y los tiempos de lectura mucho mejor.

Y así, tras un inicio titubeante, se ha ido consolidando un grupo cada vez más nutrido y con más integrantes que no se pierden una sesión. El club de Berni lo llaman algunas de ellas (uso aquí el femenino genérico porque es un grupo mayoritariamente femenino), cosa que me hace bastante gracia (porque el club lo hacen ellas) y, por qué no decirlo, también sentir un puntito de orgullo.

El verdadero orgullo

Pero lo que de verdad me enorgullece de este club es la selección de libros leídos esta temporada y la buena acogida que ha tenido entre las lectoras.

Me enorgullece que, de ocho libros leídos, siete hayan sido de autoras, y dos de ellos primeras obras.

También que cada libro ha sido de una editorial distinta, primando en número las editoriales independientes sobre las de los grandes grupos editoriales.

Y, por supuesto, me enorgullecen los debates que han generado (y los sentimientos que han despertado) libros como Las gratitudes de Delphine de Vigan, Cruzar el agua de Luisa Etxenike o El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes de Tatiana Tibuleac. Por no mencionar el encuentro con Laura Carneros y su Proletaria consentida, la más multitudinaria de todas las sesiones, que reunió a personas de un amplísimo espectro de edades.

Foto de la sesión del Club de Lectura para Adultos Sin Hábito Lector dedicada a ‘Proletaria consentida’, obra de Laura Carneros.

Mi mayor satisfacción

A mi que tanto me gusta observar, a veces las dejo hablando, interactuando las unas con las otras sin necesidad de pedir turno de palabra, respetándose los tiempos. Es una gozada verlas, y observar también cómo se van relacionando también fuera del club; cómo se van siguiendo unas a otras en redes sociales, por ejemplo.

Pero la mayor satisfacción que me está reportando este club creo que es que, en mi búsqueda de nuevas lecturas para futuras sesiones, además de releer libros que disfrutara en su momento (yo, que no soy relector), estoy descubriendo obras a las que, de otra forma, no habría prestado atención o dedicado tiempo de lectura. De forma que se da la circunstancia de que yo les descubro a ellas lecturas que disfrutan, sí, pero gracias a ellas, gracias a este club, yo, a mi vez, también estoy descubriendo nuevas lecturas que disfruto. La última, este pasado fin de semana (y cuyo título no diré por si alguna está leyendo esto). ^_^

Todo resulta reconfortante y enriquecedor.

Sí: sin duda, afortunado que es uno.