Reseña de Curro García Entrambasaguas
El tiempo parece transcurrir más rápido en verano, no solo porque se suela percibir
que su fin llega mucho antes que el del resto de estaciones del año, sino porque incluso
antes de empezar, o aun empezando, unas fuertes oleadas de formas de invertir tu tiempo
se vuelcan sobre ti y nublan tu entusiasmo por el comienzo del buen clima, las vacaciones
y la posibilidad de disfrute. En verano ocurren más cosas que nunca, todo se llena de
actividades, festivales de música, viajes, salidas, y todo tu alrededor participa en ello, es
imposible escapar de ver a tus amigos o conocidos como disfrutan y aprovechan su verano
al máximo. Sin embargo, ¿y si permanecieras parado todo el verano dejando que el tiempo
fluya sobre ti con sus oleadas, quedando ajeno al gran espectáculo social que supone?
Leer La vida simple de Sylvain Tesson en verano es ir a contracorriente de los
imperativos de los tiempos. Sylvain se apartó del mundo seis meses, eligió una cabaña en
mitad de Siberia junto al lago Baikal. En un perímetro de varios salvajes kilómetros
apenas vivía algún que otro guardia forestal. Cigarros, puros, vodka y un baúl de libros le
acompañaban, además de una mirada atenta a todo lo que ocurría a su alrededor. Sus
motivos –motivos que cualquiera podría esgrimir en algún momento para tomar la misma
decisión– son, como él indica:
«Hablaba demasiado
Quería silencio
Demasiado correo atrasado y demasiada gente que ver
Tenía celos de Robinson
La calefacción aquí es mejor que en mi casa de París
Por pereza de tener que hacer la compra
Para poder gritar y vivir desnudo
Porque detesto el teléfono y el ruido de los motores»
Sylvain anuncia el final de la vida eremita. Toda su alabanza de la vida en los
bosques y sus ventajas tienen un claro tono de despedida y de conmiseración con el
resto de individuos que le sucederán. En la sociedad de consumo y del culto a los ritmos
acelerados, vivir en una cabaña en un bosque rodeado de naturaleza salvaje y sin atisbo
alguno de signos de civilización es el mayor lujo. Un lujo que se convertirá en
imposible. Ya sea por el declive de la naturaleza o porque las cabañas de ermitaño en
los bosques sean tragadas por la rueda de consumo y este lujo se pervierta. Sylvian se
erige como una especie de último hombre libre frente a un lago virgen y unas montañas
siberianas, regalándonos el lujo de ser libres con él por algunos momentos.
El libro, a rasgos generales, es un diario. Día tras día Sylvain nos va narrando
cómo es vivir junto al Baikal, desde que llegó con entusiasmo hasta irse con tristeza.
Un diario en el que abundan agudas reflexiones, a veces críticas irónicas de la sociedad
de la que se ha apartado, otras veces pensamientos hermosos acerca de la felicidad en
soledad, o sus impresiones sobre los numerosos libros que ha llevado como preciadas
provisiones, así como la forma en la que estos le acompañan en su estadía.
En La vida simple nos acercamos al flujo de pensamiento de seis meses de un
hombre que parece libre y también feliz por bastantes momentos. Un hombre que
vive con otros ritmos a los que estamos habituados, que nos habla de apreciar los ciclos
lentos y la ausencia de novedad de la naturaleza y de saborear el paso tranquilo de las
horas y los días. En él asistimos a un tipo de percepción del tiempo radicalmente distinto
del que impera en nuestra sociedad. El porvenir, la novedad, pierden intensidad en favor
del presente y de la permanencia. Su lectura es en cierto modo una forma de rebelarse
contra los tiempos en los que vivimos, de poder incluso cambiar nuestra manera de
pensar, al menos durante algo más de doscientas páginas.
Para terminar, aunque pueda parecer que una vida solitaria en los bosques poco
tiene que ver con el amor, el autor se esfuerza en detallar cómo en dicha situación
afloran formas distintas de amar y entender al «otro», en el pleno sentido de la palabra,
buscando la comunión con lo que le rodea, le hace libre y es libre con él.
En definitiva, ahora que se favorece una percepción más acelerada si cabe del
tiempo, puede resultar una buena elección adentrarse en otro modo de entender el paso
del tiempo en el mundo y en nuestras vidas.